miércoles, 23 de julio de 2008

Dos sencillos de The White Stripes

Conquista y You don't know what love is...(Warner Bros, WEA, 2007)

En realidad adelantan algunos números del disco Icky Thump (2007), del mismo grupo.

Conquista (3.5/10)

El disco contiene dos versiones: ambas son francamente divertidas y merecieron estar en este lugar porque la sorna con la que están hechas es ideal para estados de ánimo relajados y sin más interés que el de mirar el árbol frondoso más cercano. El de mi ventanal, en este caso. La primera versión es en español y la segunda en inglés, pero con mariachi. El peligro, el riesgo de la conquista, fue buena idea asociar todo eso con una corrida de toros. En fin, siendo un Minotauro...¿Y la música? Un desastre.

You don't know what love is... (3.5/10)

Este CD contiene dos versiones de "You don't know...", y una versión (acústica) de "A Martir for My Love For You". La primera (en sus dos números) es un rock muy convencional. Los teclados y, en general, los ritmos, recuerdan a los años más clásicos. Pero cuidado, la seguna versión de "You don't know..." es peor que la primera, lo advierto. Mientras tanto, el tratamiento acústico de "A Martir..." no es lo que uno esperaría del dueto tan afamado. La voz no hace ningún énfasis y la guitarra suena a "no se burlen, estoy aprendiendo".

Resumen

Me alegra haberme encontrado con este material: así me ahorro lo del disco completo.

lunes, 14 de julio de 2008

Portishead: Third (2008)

Portishead: Third (2008)
Mercury
Calificación: 4/10

En la portada había un mensaje que decía: "El disco más esperado del 2008", “¡Contiene Machine Gun!” Bueno, veamos qué es lo que toda la gente espera, en realidad me encontré que este disco azul con una P y un 3 superpuestos estaba en oferta y, pues decidí jugar a la ruleta, cuando no conoces (o no recuerdas) nada del grupo.

“Silence” es una canción difícil: inicia con una especie de manifesto khármico (recitado en portugués) para ir hacia ritmos continuos que se vuelven aburridos después de un instante. “Hunter” es de una lentitud que, a pesar de los esfuerzos de la cuerda de una guitarra, y el cambio de tiempo que a veces se escucha con el sintetizador, no logra expresar nada que no suene mejor en otros grupos. Es claro que la cantante confía demasiado en su voz, pero simplemente es una voz que allí está, fría y sin ningún esfuerzo, lo peor: es plana. Esto está claro en “Nylon Smile”, que pudo haber sido mejor con arreglos más cuidadosos y sin tanta chabacanería musical. Pasemos a la otra rola: “The Rip”, que es una baladita con una guitarra de estudiantina. ¿Le pondremos la “P” de “pésima ejecución”? En realidad “The Rip” (salvo la guitarra), es una buena canción. La cantante se escucha mejor, sin mucha pretensión y los arreglos son sencillos pero armonizan bien.
“Plastic”: he aquí la apelación al típico sonido ya desgastado del helicóptero. Se escucha en muchísimas canciones y se seguirá usando ad infinitum, pero no funciona bien, lo mismo que la batería que hace un redoble muy flojo de vez en cuando. Otra vez la cantante impostada y buscando ser…mmh… qué se yo. “We carry on”, literalmente, ah, ¿hay alguien en el mundo que aguante esto dos veces? Es tremendamente monótona y no hay nada que escuchar. “Deep Water”, el exceso de confianza se vuelve autismo: un charango no hace un disco; “Machine Gun”, cuyos arreglos a la Depeche no podrían ser más obvios, es igualmente incolora, sus ritmos y coros no comunican nada, ¿habrá sido un éxito, para quiénes? “Small” es igualmente cansada, con efectos de sintetizador aquí y allá, que dan cuenta de una mala producción, que no se oculta para el final. “Magic Doors”, es una mala canción y ya. “Threads” es igualmente aburrida, nada hay de nuevo en este número para quien ya escuchó los anteriores.

Resumen
Una voz fingida y plana que, con excelentes ejemplos de malos agudos, busca crear efectos de languidez que se encuentran más arriba de lo que su talla puede dar. “Arreglos” simplones, tambores que suenan una y otra vez a lo mismo. Letras que pretenden enseñar de las desgracias de la vida, mal concebidas y sin efecto. En este 2008, la gente que esperaba un disco de Portishead seguramente se quedó con las ganas.