jueves, 16 de octubre de 2008

PARTICIPACIÓN EN LA EMBAJADA VENEZOLANA: 17 oct

17 oct 2008, 6:00 p.m. 06:00 PM -

Galería "Armando Reverón", Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en México

Calle Schiller 326 entre Av. Horacio y Av. Presidente Masaryk, México DF, Distrito Federal 11570 -


Cáiganle a la Embajada Venezolana, en la galería, piso 4. Toro de Minos y Mercurius participarán en la inauguración de la exposición fotográfica de Alejandro Marín.

lunes, 18 de agosto de 2008

Nueva rola: El arrullo de Oli con luna de neón

En 
http://torodeminos.mypodcast.com

Primer acercamiento inspirado del Toro de Minos a la música electrónica.
Sonidos y ritmos que seguramente arrullarán a los niños que han nacido en este agitado siglo veintiuno.
Pruébenlo ... INFINITAMENTE MEJOR que la patraña del "Efecto Mozart".
Eso sí, suban el volumen (siempre).
Música, sintetizadores, programador de secuencias y demás: Toro de Minos

--Atención: ES ADICTIVA--

martes, 12 de agosto de 2008

Charles Lloyd Quartet: Rabo de Nube

Charles Lloyd Quartet: Rabo de Nube (En vivo)
ECM Records, 2008

Calificación: 6.5/10

Charles Lloyd: Sax tenor, flauta
Jason Moran: piano
Reuben Rogers: bajo
Eric Harland: batería, percusiones.

Setenta años. Leyeron bien, Charles Lloyd cumplió SETENTA AÑOS al grabar este disco EN VIVO, óiganlo bien, EN VIVO. El saxofonista tiene más que dar a los setenta, más creatividad e idea que, sobra decirlo, muchos instrumentistas que todavía no llegan a los treinta cuando el cerebro ya se les secó...en fin, sin más comentarios. Este saxofonista realmente asombroso celebró pues su cumpleaños en el escenario. Y lo hizo muy bien.

"Prometheus" abre el disco y es un largo (¡dura casi quince minutos!) y rico diálogo entre los instrumentos del ensamble; armonía y comunicación entre el bajo, el sax y la batería que recorren las escalas casi sin esfuerzo. Destaca el solo de la batería. Sincopado y casi furioso, con los recursos más básicos, el baterista arranca los aplausos de un público atento, los primeros compases del disco nos invitan a quedarnos a escuchar.
   "Migration of Spirit" se inicia con el bajo para después esperar que los otros se unan, mientras uno escucha a Llyod llevando la melodía principal en el sax. De notas calmas al principio, este número desarrolla movimientos más alargados que contrastan con las escalas rápidas del saxofonista. El ritmo es atemperado pero nunca deja de llamar la atención. Al final se vuelve al lento del principio. Muy buen logro.
   "Booker's Garden" es un encuentro más calmo entre las ideas musicales del cuarteto. Cada uno improvisa alrededor de un tema delicado. Aun así, me parece que el número no es tiene el buen nivel de los otros.
   "Ramanujan", con guiños orientalistas, bello y apacible, pero con ideas más claras que el número anterior. El piano salpica con acordes mientras trata de entrar al solo. Hay aquí juego y comunicación entre los músicos.
   "La Coline de Monk" coquetea con algunos arreglos de Thelonius, que indudablemente se asoma en todo el disco. El piano aquí lleva el tema principal y, más adelante, Llyod nos recuerda el tema "Straight, no chaser", del gran Monk.
   "Sweet Georgia Bright", cuyo tema es un blues muy grato, tiene grandes momentos (los mejores del disco), solos de cada uno de los integrantes, giros y cambios rítmicos sorprendentes e imaginativos. Hay incluso un sabor latino impregnado por el piano y la batería. Humor, exuberancia, dominio. Excelente desarrollo.
   "Rabo de Nube", tema de Silvio Rodríguez, es leído aquí como una balada con sabor a Bossa-Nova, llevado por el sax de Llyod. El tratamiento aquí es más bien básico y tradicional, para los estándares del jazz.

Resumen

Rabo de nube es un disco de buen jazz para un público amplio. Sobrio y bien armonizado (lo que es muy difícil en los discos en vivo), en verdad que resulta una gran sesión. Lo acabo de aprender: el jazz puede hacerte cada vez más joven. 

sábado, 2 de agosto de 2008

Tegan & Sara: The Con

The Con (Sire Records, 2007)
 
Estrellitas: 4/10
 
Una: Oh, hermana mía, estoy muy aburrida, ¡¡quiero algo distinto!!
La otra: Justo eso iba a decir.
Juntas: ¿Qué se nos ocurre?

(Ambas dejan por un instante de peinar sus respectivas Barbies, Special Indie Singer Edition: Start-Up Kit included!!).

Una: Algo NUEVO, sorprendente
La otra: Algo NUEVO, sorprendente
Juntas y al unísono gritan: Síiiiiiiiiii
 
Imagino que esta escena familiar (efecto de sonido de un tierno aaahh y algunos aplausos) fue el preámbulo para el dueto tan chispeante (llamémoslo así), que inventó...la música de los ochenta. Si hubieran puesto alguna atención a sus mayores, tal vez lo hubieran sabido. Pero estas chicas persisten y hacen las delicias de los que, como ellas, sienten que nada existió antes del bendito día en que nacieron. Así que, bueno (manitas a la obra) creo que se propusieron a ir más allá de las fiestas de mami y papi para llegar a los corazones simples y fáciles de millones de personas...y, (¡oh, cielos!) para regodeo de todos nosotros, lo lograron.
 
Chapucero, alegre, vibrante, The Con es hoy por hoy una versión con apenas pocos cambios del tipo de música y coritos agudos al unísono que se escuchaban en la época del renacimiento de las estaciones de radio (pero con música anglo de lo más insufrible, igual que hoy), de los cortes de pelo angulares y las tintas perfumadas.
Plagado de lugares comunes en sus letras, las cantantes de The Con se lo pasan bomba cantando cada corchea de un compás de cuatro cuartos. A tempo. Ningún accidente.
Hechos con la misma intención, los arreglos desafían cualquier intento de seriedad y profunidad. Diversión sin explicación. Superficialidad y erotismo. Los ochenta.
Puedo decir cuál es la más ochentera, indudablemente "Call it Off". Sin embargo, tengo un problema para reseñar este CD: siendo las catorce fuertes candidatas, no puedo decir cuál es la peor canción, hasta hoy no me decido entre "Are you Ten Years Ago", "Like O, Like H", "Burn Your Life Down", "Dark Come Soon", "Hop A Plane" o "Nineteen". En ese orden.
 
Epílogo
 
Me miró sonriente, complacida y burlona. No pudo ya contener su curiosidad (aunque creo que, a la vez, no quería hacerlo porque me detendría). Pero finalmente se atrevió a caminar hacia el auto: "¿Qué es lo que bailas?" Entonces, deslumbrado (el sol daba justo sobre sus hombros), miré un rostro que no había visto antes: "Se llama 'Back in Your Head', de Tegan & Sara"...

viernes, 1 de agosto de 2008

The National: Boxer

Boxer: (Beggars Banquet, 2007)
 
Calificación: 5.5/10
 
Un disco con algunos aciertos, nostálgico, hecho con una voz y melodías que recuerdan un poco a grupos como Tindersticks. "Fake Empire" (el número que abre el CD) anuncia también el tema general: lo cotidiano, la banalidad, la angustia y la desesperanza. Tópicos ya muy conocidos y abordados por millones de grupos de rock. Como si fueran letanías, algunas canciones indudablemente deben escucharse con atención: tal es el caso de "Slow Show", con tintes y letra para humores artificialmente melancólicos, "Ada" (un arpegio que suena sin chiste y un piano acompasado que hecha a perder la canción en algún momento con un golpeteo de acordes) o "Green Gloves", con guitarras que armonizan bien y coros logrados. "Star a War" tiene en sus primeras líneas algo parecido a las líneas melódicas de Jim Croce (jejeje), para luego irse con un bajo sincopado.
No tan oscuras son "Brainly" (con una sección rítmica cuadrada y poco original de batería); "Squalor Victoria", chocante (otra vez la batería no encuentra su lugar) y acompañada ahora de cuerdas y también de un piano acartonado, el coro es simplón. "Guest Room" es convencional y reiterativa casi hasta el aburrimiento. "Mistaken for Strangers", gris como ella sola.
"Gospel" es una nueva visita a armonías de las baladas dulces con un ligero sabor a los setenta, el clima es igualmente monótono aquí, mientras que "Apartment Story" suena un poco a los ochenta, ¿revisión exitosa? A medias: hacer un tema de lo vano y el sinsentido justo con un ritmo tan optimista es un buen recurso. El problema en esta canción es tal vez la pobreza en los arreglos.
 
Hay aquí una buena rola que hace pesar el disco: "Racing like a pro", con una instrumentación similar a la de "Ada", pero hecha cuidadosamente, los mismos recursos del disco en un resultado (ahora sí) elegante. Melancólica, oscura, con un arpegio que suena limpio, que casi me sugiere la guitarra española de finales del siglo XIX, Tárrega, por ejemplo. Lo mismo el piano, que con notas apagadas acompaña la melodía, la circunda y la enfatiza. Finalmente, los alientos y violines revolotean sobre el tema. El grupo tuvo el acierto de omitir percusiones. El fraseo del cantante, justo para la letra, lo mejor de Boxer.
 
Resumen
 
No puedo decir que es un disco malo pues, a pesar de su excesivo recurso a las monotonías, una batería que nunca encaja y otras carencias, tiene algunas canciones que a veces se dejan escuchar a la hora del vino de la tarde.

miércoles, 23 de julio de 2008

Dos sencillos de The White Stripes

Conquista y You don't know what love is...(Warner Bros, WEA, 2007)

En realidad adelantan algunos números del disco Icky Thump (2007), del mismo grupo.

Conquista (3.5/10)

El disco contiene dos versiones: ambas son francamente divertidas y merecieron estar en este lugar porque la sorna con la que están hechas es ideal para estados de ánimo relajados y sin más interés que el de mirar el árbol frondoso más cercano. El de mi ventanal, en este caso. La primera versión es en español y la segunda en inglés, pero con mariachi. El peligro, el riesgo de la conquista, fue buena idea asociar todo eso con una corrida de toros. En fin, siendo un Minotauro...¿Y la música? Un desastre.

You don't know what love is... (3.5/10)

Este CD contiene dos versiones de "You don't know...", y una versión (acústica) de "A Martir for My Love For You". La primera (en sus dos números) es un rock muy convencional. Los teclados y, en general, los ritmos, recuerdan a los años más clásicos. Pero cuidado, la seguna versión de "You don't know..." es peor que la primera, lo advierto. Mientras tanto, el tratamiento acústico de "A Martir..." no es lo que uno esperaría del dueto tan afamado. La voz no hace ningún énfasis y la guitarra suena a "no se burlen, estoy aprendiendo".

Resumen

Me alegra haberme encontrado con este material: así me ahorro lo del disco completo.

lunes, 14 de julio de 2008

Portishead: Third (2008)

Portishead: Third (2008)
Mercury
Calificación: 4/10

En la portada había un mensaje que decía: "El disco más esperado del 2008", “¡Contiene Machine Gun!” Bueno, veamos qué es lo que toda la gente espera, en realidad me encontré que este disco azul con una P y un 3 superpuestos estaba en oferta y, pues decidí jugar a la ruleta, cuando no conoces (o no recuerdas) nada del grupo.

“Silence” es una canción difícil: inicia con una especie de manifesto khármico (recitado en portugués) para ir hacia ritmos continuos que se vuelven aburridos después de un instante. “Hunter” es de una lentitud que, a pesar de los esfuerzos de la cuerda de una guitarra, y el cambio de tiempo que a veces se escucha con el sintetizador, no logra expresar nada que no suene mejor en otros grupos. Es claro que la cantante confía demasiado en su voz, pero simplemente es una voz que allí está, fría y sin ningún esfuerzo, lo peor: es plana. Esto está claro en “Nylon Smile”, que pudo haber sido mejor con arreglos más cuidadosos y sin tanta chabacanería musical. Pasemos a la otra rola: “The Rip”, que es una baladita con una guitarra de estudiantina. ¿Le pondremos la “P” de “pésima ejecución”? En realidad “The Rip” (salvo la guitarra), es una buena canción. La cantante se escucha mejor, sin mucha pretensión y los arreglos son sencillos pero armonizan bien.
“Plastic”: he aquí la apelación al típico sonido ya desgastado del helicóptero. Se escucha en muchísimas canciones y se seguirá usando ad infinitum, pero no funciona bien, lo mismo que la batería que hace un redoble muy flojo de vez en cuando. Otra vez la cantante impostada y buscando ser…mmh… qué se yo. “We carry on”, literalmente, ah, ¿hay alguien en el mundo que aguante esto dos veces? Es tremendamente monótona y no hay nada que escuchar. “Deep Water”, el exceso de confianza se vuelve autismo: un charango no hace un disco; “Machine Gun”, cuyos arreglos a la Depeche no podrían ser más obvios, es igualmente incolora, sus ritmos y coros no comunican nada, ¿habrá sido un éxito, para quiénes? “Small” es igualmente cansada, con efectos de sintetizador aquí y allá, que dan cuenta de una mala producción, que no se oculta para el final. “Magic Doors”, es una mala canción y ya. “Threads” es igualmente aburrida, nada hay de nuevo en este número para quien ya escuchó los anteriores.

Resumen
Una voz fingida y plana que, con excelentes ejemplos de malos agudos, busca crear efectos de languidez que se encuentran más arriba de lo que su talla puede dar. “Arreglos” simplones, tambores que suenan una y otra vez a lo mismo. Letras que pretenden enseñar de las desgracias de la vida, mal concebidas y sin efecto. En este 2008, la gente que esperaba un disco de Portishead seguramente se quedó con las ganas.